Parte IV: MarÃa Trinidad Mathus Tenorio
VÃctima del odio.
Cada uno sometió a una de las chicas, hasta
que la inglesa pudo forcejear y huir de
su agresor. Mar no pudo hacerlo porque era menuda, frágil y pequeña de estatura,
Su amiga huyó a pedir ayuda, salió corriendo y pidió socorro al primer lugar que encontró, el velador de un establecimiento privado. Juntos
buscaron a Mar sin dar con ella, hasta que la inglesa llegó al hotel donde se hospedaba, y pidió ayuda
para llamar a la policÃa
de Cóbano.
Se organizó un grupo de búsqueda entre la policÃa y vecinos de la zona hasta localizar el cuerpo de una mujer inerte, despojada de sus ropas. Las
olas del mar eran las únicas que cubrÃan su desnudez, amenazando con llevárselo
de forma indignada por el crimen cometido, reclamándolo como madre doliente. Tuvieron
que moverlo para que no lo arrastraran las olas.
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