Estaciones
Una
palabra se presiente
Un ojo minúsculo
Corazón
desprevenido
Un blando
sendero
De
pinturas de fiesta
La
mascara y el silencio
Son guías
Deslumbra
la memoria de las cosas
Una
lluvia simple de los nombres que la forman
Se abren
los arroyos y la tierra construida
La
humedad de los pasos
El zumbar
violento de las líneas
En su
contorno de primavera
Los
destellos de luz
Tendida
sobre el lecho desnudos
Los
cortejos enconados del escombro seco,
Las
banderas encarnadas
Exhalando
asombros de temporada,
La
palabra conquista de visión deseosa,
Se dice
poema,
Y se
parte en pedazos.
Revientan
los soles
En la
boca ingenua
Y le
crecen ramas
Inauditas
las formas
Hasta
devolverse
a su
escritura antigua
hasta
construirlas
silenciosamente
tras su lánguido rigor de piedra
todos los nombres
son un símbolo
todos los
presagios construyen el poema.
Una palabra,
Se presiente el
ojo es un minúsculo corazón
Desprevenido,
Un blando sendero
de pinturas de fiesta.
Un minuto pasa
intenso,
Laberíntico
De una noche al
recinto del cuerpo,
Un principio de
versos me abarca,
Me acostumbro
A la hora inadecuada del llamado
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